En estos años artistas visuales y diferentes grupos y colectivos
salieron a pintar en el barrio de Parque Patricios proponiendo
diferentes formas de identificación barrial que se pueden
vislumbrar en sus producciones artísticas. El arte público comunica, interpela y transforma el paisaje visual
entramando historias locales, recuperando tradiciones y
destacando personajes en donde se cruzan el fútbol, el tango, el
boxeo, la política y Huracán como el club del barrio.
Las y los artistas visuales que pintan en Parque Patricios definen
sus prácticas artísticas como arte urbano, arte callejero, arte
público o hablan de la práctica de “muralizar”. Más allá de estas
diferentes formas de nombrarlas, hay un denominador común.
La idea de intervenir el espacio público, del derecho a la ciudad,
a lo público, a lo colectivo, a lo popular.
Así, desde esta manera de conceptualizar el arte, se disputan los
espacios hegemónicos de circulación del mismo.
Arte que se ofrece por fuera de las galerías, los museos o los
ámbitos consagrados para la circulación artística y que se nutre
de artistas visuales, estudiantes, colectivos y habitantes del
barrio que plasman sus producciones en diferentes ámbitos del
espacio público urbano y van configurando cotidianamente la fisonomía del barrio.
Pintando mi aldea es una propuesta que plantea la puesta en
valor de estas prácticas artísticas que se desarrollan en la ciudad
y que tiene como eje las intervenciones que se plasman en las
paredes, puestos de diarios, lucarnas y persianas de comercios
de Parque Patricios.